Empezamos el año con la efectivización de 117 despidos docentes y una oferta salarial miserable del 1% mensual como pide Milei. Son agravios que debemos enfrentar y derrotar apelando a las mejores tradiciones de lucha de la docencia autoconvocada que desde 2005 fue la que puso contra las cuerdas a todos los gobiernos y obtuvo las principales reivindicaciones.
El balance de la lucha autoconvocada resulta indispensable
Los despidos llegaron como resultado de que un grupo de compañeros decidieran seguir en huelga por fuera de los métodos históricos de la asamblea unitaria, plural y masiva. Terminaron buscando en la justicia de Sáenz la defensa de su derecho a huelga como un derecho individual, perdiendo de vista lo elemental, la huelga es una medida de fuerza y su impacto se mide por su masividad. Pretendieron sortear por la vía legal la batalla que estuvo y está planteada para que en asambleas presenciales, no virtuales, se imponga el interés mayoritario de la docencia contra los delegados cooptados por el gobierno o por las burocracias sindicales cómplices de Sáenz. La asamblea de 500 docentes en Campo Quijano que decidió por el voto de unos 400 de los presentes levantar el paro, también fue escenario de esas manipulaciones, que el activismo combativo no pudo superar. Pero impulsar, como lo hizo Politica Obrera, la continuidad de un paro ultraminoritario, alimentó las tendencias más negativas que encierra el método de la autocovocatoria, la idea que el docente se autoorganiza y autodetermina sólo para defender sus intereses individuales. Un razonamiento antisindical y anti colectivo. Si de defender los intereses profesionales individuales se trata … entonces dejemos todo en manos de un abogado…
Como reconstruir el movimiento
La unidad de la docencia debe estar basada en los principios y los métodos históricos. La asamblea debe ser independiente del gobierno y de las burocracias sindicales cómplices. Tenemos enfrente al gobierno de Sáenz y Milei que pretende imponer el “ajuste más grandes de la historia” no sólo contra nuestros salarios y jubilaciones sino contra la propia existencia de la escuela pública. Entonces tenemos que reunir la fuerza y la masividad que hace falta para enfrentarlo. Debe haber total libertad para la participación de las agrupaciones y docentes de todos los sectores y extracciones. La única condición es que se garantice el debate y se acepte la decisión de la mayoría.
Las asambleas deben ser presenciales cuando se vaya a decidir medidas de fuerza. La virtualidad no garantiza la confianza y la unidad de la docencia. Claro que hacer las asambleas presenciales es un esfuerzo enorme pero no hay atajos. La virtualidad sirve para reuniones informativas pero no para iniciar o levantar medidas de fuerza.
Un sector pequeño del activismo convocó a asamblea “bimodal” para el 15/2 iremos allí con estos planteos. En Metán se reunió un grupo de delegados cuestionando la oferta del gobierno, este grupo ha sido en el pasado contrario a unirse en una asamblea provincial soberana, sin lo cual sus reclamos sólo los podría tomar la intergremial que es la viene entregando los salarios.
Desde Tribuna Docente llevaremos estas tres semanas el debate a las escuelas que deben comprometerse de entrada eligiendo delegados, para luego organizar asambleas departamentales y una asamblea provincial el 1° de Marzo.