El pasado mes de diciembre, la Legislatura porteña aprobó, con los votos de todos los bloques a excepción del FIT-U, la llamada Ley de Bienestar Socioemocional. Dicha ley fue redactada y apuntalada por el lobby de escuelas confesionales y se encuentra absolutamente enmarcada en la lógica empresarial. Con un discurso rimbombante tendiente a querer dar cuenta de un interés por la emocionalidad de las infancias y adolescencias, el gobierno de Jorge Macri, acompañado del conjunto de la oposición patronal y el clero, busca desplazar a la ESI que tiene como uno de sus cinco ejes la emocionalidad. Este ataque feroz a la Educación Sexual Integral tuvo un segundo avance en enero cuando se retiraron para “ser revisados neutralmente(¿?)”todos los contenidos subidos a la página de esta área.
Si las emociones son parte de la currícula hace 18 años y no hay un reclamo masivo desde las comunidades educativas por “Educación Emocional”, habrá que analizar cuál es el enfoque que atraviesa a este paradigma para tratar de entender la urgencia de impulsar una ley que lo imponga.
Uno de los ejes transversales que atraviesa a esta corriente de pensamiento tiene que ver con la llamada “gestión y autoregulación de emociones”, opuesta por el vértice a “la expresión y acompañamiento” de las mismas que defendemos quienes levantamos las banderas de la ESI. En un contexto donde 1 millón y medio de infancias se van a la cama sin comer producto del ajuste fenomenal que se ha descargado sobre los sectores más vulnerados de la sociedad, el conjunto del arco político patronal vota una ley que busca que lxs pibxs manejen individualmente la rabia y el dolor que esto genera sin interpelarse sobre los determinantes del malestar. Para la “Educación Emocional” no son importantes las circunstancias, sino lo que lx sujetx haga con ellas. Los grandes pilares de esta corriente de pensamiento son el individualismo y la meritocracia, tan útiles a la lógica empresarial. La Educación Socioemocional es un eje transversal del plan de reforma estructural del sistema educativo de la CABA: “Buenos Aires Aprende” . Dicho plan fue lanzado en el auditorio de la UCA por Jorge Macri, junto al clero y el lobby de directivxs de escuelas confesionales, o sea sectores que siempre rechazaron la perspectiva de género y de derechos sexuales y (no) reproductivos que atraviesa a la ESI.
Estos ataques a la ESI no son un rayo en cielo sereno, sino que se enmarcan en una avanzada más general encabezada por el gobierno de Milei para desprestigiarla. La campaña oscurantista contra libros como “Cometierra” de Dolores Reyes, dan cuenta de ello. Los dichos del presidente en Davos que homologan la homosexualidad con la pedofilia, el nombramiento de Cuneo Libarona y su séquito de defensores de pedófilos en la cartera de justicia, las dificultades para acceder a métodos anticonceptivos y el recorte en la asistencia a personas en situación de violencia por motivos de género, entre otras cuestiones, señalan la intención de arrasar los derechos que las mujeres, infancias y diversidades sexo genéricas conquistamos en las calles.
El gobierno de Javier Milei nos ha declarado la guerra. Es él o nosotrxs.
Es por eso que hoy más que nunca, la fuerza de la Marea Verde que arrancó el aborto legal debe volver a salir. La enorme marcha que protagonizamos el 1F nos habla de la fuerza que tenemos para dar esta pelea y debe ser el primer paso de un plan de lucha que derrote a este gobierno. ¡Ni un paso atrás!
– Educación Sexual Científica, Laica y Respetuosa de las Diversidades
– A la “Educación Emocional” la derrotamos en las calles
– Al closet no volvemos más
– Fuera Milei