En los últimos tiempos, se ha observado un aumento en la persecución y censura contra docentes en Argentina por expresar sus opiniones en el aula. Dos casos resonantes en Río Negro y La Pampa han generado una intensa reacción en defensa de la libertad de cátedra y la libertad de opinión.

En la provincia de Río Negro, dos docentes del Taller de Comunicación de la escuela N°43 “Rodolfo Walsh” en Fiske – Roca fueron denunciadas por el diputado provincial Juan Martín y la diputada nacional Lorena Villaverde por supuestamente “adoctrinar” a sus estudiantes. La denuncia se basó en el uso de dos artículos del diario Página 12 que hablaban del presidente Javier Milei.
Se cae de maduro que la denuncia no tiene como objetivos sostener una educación crítica y plural. En una provincia donde el salario real cae abruptamente (la burocracia de Unter junto a la Celeste, impulsaron el cierre de un acuerdo de “aumentos” de 1.5 % mensual hasta mayo); donde la reducción del presupuesto educativo deteriora sistemáticamente la infraestructura edilicia, con la consecuente pérdida de días de clase por falta de condiciones; y con una deteriorada condición social que recae fundamentalmente en la población escolar; es casi absurdo pensar que el interés de algunos “representantes del pueblo” esté puesto en el control de determinadas secuencias didácticas.

Sin embargo la denuncia contra los docentes tiene varios objetivos:
Por un lado se busca, más allá de una sanción administrativa o legal puntual, la generación de una subjetividad en las aulas donde las y los docentes estemos condicionados en el ejercicio de nuestra libertad de cátedra. Está claro que desde las fuerzas políticas denunciantes, no existe el mínimo interés en la pluralidad de opiniones, sino que lo que se busca es blindar de críticas u observaciones al gobierno nacional en los ámbitos de las instituciones educativas.
Por otro lado la denuncia puntual sirve a la diputada nacional Villaverde y al diputado provincial César Domínguez, ambos de LLA, como escenografía para la presentación de un proyecto de ley de Prohibición del Adoctrinamiento en las Escuelas. El proyecto, presentado el 15 de marzo, pretende esgrimir la defensa de la pluralidad de opiniones, pero no es otra cosa que un mecanismo de persecución de las mismas. El proyecto contempla “la revisión de materiales didácticos para evitar sesgos ideológicos” y la creación de un canal confidencial de denuncias para padres, alumnos y docentes. Nada nuevo bajo el sol de compendios de iniciativas fascistas del gobierno de Milei.
La iniciativa de los diputados del PRO y de LLA se encuadra también en la búsqueda de un posicionamiento provincial de “oposición” de las políticas colaboracionistas del ajuste que lleva adelante el gobierno de Juntos Somos Río Negro, encabezado por Alberto Weretilneck.

Reacciones y Apoyo
La comunidad educativa en general, y en particular la escuela donde se desempeñan las docentes perseguidas, reaccionó de manera inmediata ante semejante acto de violencia y censura. Asimismo, unos 30 docentes del Área de comunicación, redactaron una nota de repudio a la persecución y de respaldo a las compañeras perseguidas. La nota cuenta en la actualidad con la firma de más de quinientas instituciones y referentes gremiales, sociales y políticos de la zona.

El Frente de Izquierda encabezado con la firma de Vanina Biasi,  presentó un proyecto de declaración en la Cámara de Diputados en apoyo a las docentes y en repudio a la persecución ideológica. Según el proyecto, la Cámara de Diputados de la Nación declara su “completo repudio a la persecución” y su “defensa incondicional de la Libertad de Cátedra”.

Otro caso preocupante ocurrió en la provincia de La Pampa donde una docente fue sancionada con una multa millonaria por expresar, en el marco de un debate y explicación de un tema, su posicionamiento frente al genocidio del pueblo palestino. 

La pregunta es: ¿hasta donde estos dos casos de manifiesta y alevosa persecución han calado en la subjetividad en las aulas y repercute en la labor docente?
En jornadas subsiguientes impulsadas por la oposición a la burocracia Azul Arancibia, que dirige el sindicato, donde desde Tribuna Docente y otras agrupaciones opositoras buscamos instalar el necesario debate para frenar esta avanzada fasista, abundaron los comentarios de compañeras y compañeros que expusieron hechos de control sercanos a la persecución llevados adelante por los equipos directivos en relacion a temas como el 24 de marzo, 2 de abril y ESI.
Las Burocracias de todo color y pelaje, se muestran incapaces de frenar esta nueva ofensiva del gobierno contra los intereses de las y los trabajadores.
Es menester recuperar los sindicatos para dar batalla en este y todos los planos.