En las últimas semanas los docentes vivimos momentos muy tristes con la pérdida de queridas colegas. Primero Adriana Armella, Vicedirectora de la escuela Normal y luego Wara Puca de Humahuaca, reconocida luchadora del jujeñazo que ejercía en Caspalá entre los cerros.

En las escuelas se sintió doblemente el dolor porque sabemos que podrían ser evitables. Hay una generalización de los problemas de salud en la docencia. El estrés laboral, la sobrecarga de tareas, el hostigamiento de los supervisores, el transporte inadecuado, los salarios que no alcanzan y la presión de las familias que atraviesan los mismos dramas económicos y sociales que los docentes generan una situación explosiva.

En las movilizaciones autoconvocadas que se desarrollaron el colectivo docente exigió medidas de emergencia elementales como el aumento salarial, gabinetes psicopedagógicos, más secretarios para aliviar lo administrativo y sobre todo que se termine el hostigamiento de la supervisión sobre las escuelas.

El Gobierno quiere tapar la crisis social, el vaciamiento y el ajuste con una sobrecarga de tareas en la docencia que ya no se aguanta más.

Mientras tanto continúan la imposición de paritarias a la baja y el impasse de la situación legal de ADEP. Ya se cumplieron los 60 días hábiles para que la Secretaría de Trabajo de Nación expida y se siguen lavando las manos. El Gobierno provincial aprovecha la situación para dejar fuera de las paritarias a ADEP – sindicato mayoritario – y montó una provocación a través del Ministerio de Trabajo afirmando que convocarían a la paritaria docente al burócrata Hamud de la CTA en representación de ADEP, cuyo personaje es un socio reconocido de Ruben Rivarola que apoyó públicamente a la lista 10 en las elecciones de diciembre.

La docencia de base sigue movilizada rechazando el intento de intervención y sostiene el reclamo del reconocimiento a la decisión de la docencia en las elecciones. Al mismo tiempo sostiene el funcionamiento de asambleas y posicionamientos públicos de los delegados escolares.

La lucha de la docencia en ADEP tocó una fibra sensible del poder. El gobierno radical perdió el CEDEMS por segunda elección consecutiva y no quiere entregar ADEP porque sabe que la docencia con los sindicatos en sus manos pueden dar vuelta la provincia incluso profundizando la huelga de 2023. Esta disputa hay que llevarla a fondo. Una gran campaña en las escuelas explicando el fraude, la situación actual del sindicato y la amenaza de intervención. La normalización no puede ser con un borrón y cuenta nueva. Tiene que partir del reconocimiento de lo elegido en diciembre.

La lucha docente por las condiciones de trabajo y el salario van a reforzar la pelea por el reconocimiento en ADEP y viceversa.