Hace semanas el sistema de acceso a la salud laboral se ha convertido en un tema de denuncia cotidiana en las escuelas. Al estado crítico de la obra social Obsba, sin acceso a turnos, con falta de prestadores, de personal médico, sin cobertura para las y los docentes, se ha sumado el cambio en medicina laboral.
Como denuncian lxs autoconvocadxs por Obsba, los docentes pagamos a nuestra obra social un porcentaje mayor que la media, un 6% de nuestro salario, y no tenemos derecho a ser atendidos adecuadamente.
Ahora, otro negociado pone en riesgo nuestra salud. La prestadora privada Dients se hizo cargo de los reconocimientos médicos con el objetivo de limitar el acceso a la salud y, eventualmente, acceder a una licencia por enfermedad.
El resultado está siendo castrófico. Cientos de docentes denuncian que a la vez que transitan una enfermedad no pueden registrar en el sistema virtual la debida justificación, tampoco acceden a tratamientos y, por si fuera poco, son sometidos a todo tipo de maltrato.
Dients es una empresa privada que gestiona licencias en varias provincias como Buenos Aires y Río Negro, denunciada por lucrar con la salud de la gente.
Claramente la intermediaria tiene el propósito de limitar el acceso a la salud laboral, a la vez que ella misma hace negocio con los diferentes gobiernos de distintos signos políticos.
Mientras muchos de los cuadros de enfermedad que sufrimos los trabajadores de la educación es derivado de la situación laboral precaria, de la extensión de la jornada de trabajo, de la falta de campañas de prevención, la política de medicina laboral se invierte y es el propio docente el que debe ir a justificar por varios lugares, de forma presencial, virtual y en el domicilio, cuando es el empleador el que debería hacerse cargo de los reconocimientos y justificación, con personal idóneo procurando que el docente supere la enfermedad y no, que resulte perjudicado por los problemas de falta de atención, agravando en algunos casos el cuadro de malestar.
Es realmente insoportable que el gobierno e incluso los “progres” de Grabois como patrones de estancia, pongan en el banquillo de los acusados a los docentes que deben acceder a una licencia por enfermedad. Es al revés, la enorme mayoría de los docentes se enferman en las escuelas o su dolencia es derivada de dicha actividad, y hasta van enfermos antes de transitar todo el sistema privado de salud, que no le garantiza una atención adecuada y los somete a todo tipo de maltrato, injustificando el día o directamente descontando el sueldo.
Dienst, por ejemplo, viene de ser denunciado en Río Negro, por la falta de atención y posterior fallecimiento de una docente. En CABA hemos presentado denuncias al Ministerio de Educación de cierta gravedad, como citaciones inexistentes, personas internadas que al mismo tiempo son citadas a reconocimiento presencial, médicos a domicilios sin matrícula profesional, entre otros.
A su vez, en la Legislatura porteña desde el FITU y el legislador Gabriel Solano, hemos presentado un pedido de informe para que el Poder Ejecutivo de la Ciudad dé respuestas sobre la contratación, los vínculos con la empresas y las diversas situaciones denunciadas.
Nos preparamos para participar de la acción que se va a realizar el día 25 de abril próximo en la sede de la obra social Obsba, para poder unificar los reclamos: contra el vaciamiento de nuestra obra social y por un acceso a la salud para todxs.