El balance del primer semestre de gestión, tanto del gobierno nacional –que se autoproclama abiertamente antiobrero- y de las jurisdicciones provinciales, a pesar del ajuste histórico de Milei contra los recursos que deben recibir las provincias, tiene el dato llamativo de que los gobernadores de todas las provincias han alcanzado amplios superávits, a costa de recortes también históricos contra sus trabajadores.

Milei parece que no estaba al tanto, porque les ha exigido a los gobernadores que hagan su ajuste ahora que él ha desenvuelto el recorte más profundo de la historia de la humanidad, cuando en las provincias ya han serruchado, en seis meses, la suma multimillonaria de 9.600 millones de dólares.

En el podio de este ajuste está la provincia de Buenos Aires, en la cual el gobernador Axel Kicillof ha recortado nada menos que 2.700 millones de dólares, algo que sumerge aún más las condiciones de vida de las y los trabajadores bonaerenses.

La motosierra bonaerense en las escuelas

En la provincia que gobierna Kicillof el 62 por ciento de los habitantes del Conurbano –casi 10 millones de personas- están por debajo de la línea de pobreza, y el 25% en la indigencia, lo que la convierte en el centro del hambre en la Argentina (Infobae, 7/8).

Esta realidad angustiante atraviesa también a las escuelas, que conviven con el hambre y la pobreza.

El ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, anunció con mucha pompa, al comienzo del ciclo lectivo, que “el gobierno de la provincia de Buenos Aires decidió duplicar el presupuesto destinado al Servicio Alimentario Escolar (SAE) y al Módulo Extraordinario para la Seguridad Alimentaria (Mesa), que entrega alimentos a las familias” (Página 12, 10/2). La duplicación, sin embargo, fue un ahorro, y un ahorro que viene de lejos, porque las cajas de alimentos, que fundamentalmente se reparten en las escuelas, pasaron de 21 productos ya escasos en 2020, a 13 en 2023 y, en este año de duplicación de gastos en alimentación según Larroque, a apenas seis: 1 litro de leche entera, 1 kilo de harina 000, media docena de huevos blancos, 1 botella de aceite, levadura en polvo y 1 paquete de tallarines.

La motosierra también afecta a los comedores escolares, siendo que el 70% de las niñeces y adolescentes son pobres y/o indigentes. Se trata del 70% de los y las alumnas de la educación básica bonaerense, nada menos que alrededor de 3.5 millones de chicos y chicas. Frente a este panorama, la realidad de los informes estadísticos conocidos hasta hoy dan cuenta de que en la provincia acceden a almorzar en los comedores escolares solo el 22 por ciento de las y los alumnos (Programas de alimentación en las escuelas de gestión estatal, Argentinos por la Educación, 2024).

En marzo-abril la defensoría del pueblo de la provincia de Buenos Aires informó que 65 escuelas en obra de 28 distritos estaban paralizadas o sin certeza de su continuidad, en el contexto de escuelas en condiciones edilicias que en su mayoría no cumplen con los 12 puntos de “escuelas seguras” establecidos oportunamente en acuerdo con la Ctera.

Los salarios estatales, y entre ellos los sueldos docentes, están todos por debajo de la línea de pobreza. En agosto, un preceptor sin antigüedad cobró $417.000, un maestro de grado en la misma condición, $500.000 y un profesor con 10 módulos $332.000, con aumentos paritarios varios puntos por debajo de la inflación acumulada en el semestre.

Las jubilaciones sufren también ese deterioro, además de que desde el Instituto de Previsión Social (IPS) se alargan interminablemente los trámites para acceder a la jubilación: “Las quejas por excesivas demoras en trámites jubilatorios se tornaron una constante en el Instituto de Previsión Social (IPS) de la provincia de Buenos Aires, con manifestaciones de trabajadores en sedes y oficinas del organismo y con presentaciones administrativas y judiciales en aumento. En el último tiempo, también se multiplicaron las denuncias por deficiencias en liquidaciones y actualizaciones en los haberes jubilatorios, en su gran mayoría del ámbito docente. A esa caótica situación, se le suman recientes denuncias efectuadas por abogados que actúan como apoderados de los trabajadores docentes en actuaciones previsionales, a quienes -según señalaron a este medio- se les niega la atención en el sector de trámites docentes” (Mundo Gremial, 15/4) .

Por otro lado, en este cuadro de superávit, el gobernador endeuda más a la provincia, para lo cual recibió la aprobación del gobierno nacional y de la legislatura provincial, por un monto que en septiembre llegará a los 1.164 millones de dólares, un pagaré que no lo abonará dios, sino, una vez más, las y los bonaerenses.

Esta política de ajuste, endeudamiento, entrega y connivencia con el plan de guerra de Milei tiene el sostenimiento absoluto de las burocracias de ambas CTAs, la de Hugo Yasky y Hugo Godoy, y por supuesto de ATE y de Suteba.

El triunfo de las luchas por las reivindicaciones y necesidades de las y los trabajadores bonaerenses depende de la independencia respecto del gobierno de Kicillof y de las burocracias sindicales que lo respaldan, y que lo promueven como el candidato para una salida política popular contra Milei.