Ni bien asumido el gobierno nacional, el pasado mes de diciembre, presentó un programa de liquidación de conquistas laborales para todo el movimiento obrero. Para el caso de la educación apuntó a una profunda reforma laboral y a la promoción de la privatización del sector.
Ambos objetivos son complementarios, porque para facilitar el negocio de los mercaderes de la educación, es necesario destruir cualquier conquista laboral y sindical del sector estatal.
En el caso de Neuquén, el nuevo gobernador Rolando Figueroa, no tardó en sumarse a esta perspectiva.
Los anuncios y los hechos
Al asumir, el gobernador anunció en un acto en Las Ovejas que la provincia tenía para el presente año 800 millones de dólares en deudas consolidadas (de los cuales 320 millones de dólares corresponde a la deuda por emisión de Bonos y Letras). Y que por lo tanto había que “ser mesurados y tener equilibrio”. En ese sentido lanzó una ofensiva contra lo que denominó el excesivo gasto en licencias y suplencias docentes: “El Estado paga 100 millones de dólares por año en suplencias docentes, nos alcanza para 64 escuelas primarias por año que podríamos hacer los neuquinos…de ese monto 20 millones de dólares responden al pago de suplentes de suplentes, ya que algunos docentes se toman licencia cuando ya están cubriendo un cargo vacante de otro educador” (LMN .18/3).
Estas declaraciones fueron hechas en pleno conflicto salarial al inicio del ciclo lectivo, y las acaba de reafirmar en una reciente reunión con sus funcionarios y gabinete: «el año pasado, el gobierno provincial, con los fondos de todos los neuquinos, gastó 165 millones de dólares en pagar ausentismo, y más de 60 millones de esos fueron para pagar suplentes de suplentes».
Fuera de la diferencia en los montos, importa resaltar que la aplicación de esa política a través de la ley 3.447, fue presentada por el MPN y no por diputados de Comunidad (el frente político del gobernador), y representa claramente la política del gobierno provincial. Basta mencionar que la ley fue votada el 26 de junio, promulgada el 28 de junio mediante el Decreto 682/24, y publicada ese mismo día en el Boletín Oficial.
La ley que el oficialismo presentó como un “incentivo salarial” para la docencia que no supere más de dos inasistencias en un mes o tres en un trimestre, aunque sean “debidamente justificadas y encuadradas en el régimen de licencias” (artículo 5º de la ley), es un ataque muy profundo al régimen de licencias y de suplencias.
Surge de este artículo 5º con absoluta claridad que el tema no serían ausencias injustificadas, sino ausencias por uso del derecho que otorga el propio régimen de licencias en vigencia. Esta pretensión de la ley constituye una concepción nefasta: que una o un trabajador puede ser penalizado salarialmente por ejercer un derecho vigente.
Y en su artículo 8º sienta el precedente de anular con una ley provincial, el artículo 114º del Estatuto del Docente (Ley Nacional Nº 14.473), al limitar las suplencias a los días que “dure la certificación que origina la misma, sin considerar sus prórrogas o extensiones”. Esto cuando el mencionado artículo del Estatuto dice con claridad “Las designaciones del suplente comprenderá la licencia inicial y sus prórrogas” (Editora Sainte-claire S.R.L.). Nótese que habla en plural, de sucesivas licencias, precisamente por las “prórrogas”.
Tal es el carácter de clase capitalista y patronal de dicha ley que explica por qué desató una huelga de siete semanas. Es un ataque en regla contra todo el régimen laboral, porque castiga a titulares e interinos, y castiga las licencias de los suplentes y su misma suplencia.
Como la ley está cuestionada en su “constitucionalidad” por un recurso presentado por ATEN ante el Tribunal Superior de Justicia que aún no se ha pronunciado, el gobierno se prepara para cualquier eventualidad aplicando “de facto” los postulados de la cuestionada ley, a través de Salud Ocupacional, el organismo que justifica o no las licencias presentadas y su duración.
Se ha transformado en un norma no escrita, que toda licencia sólo es reconocida como tal por la mitad de los días que otorga el profesional tratante del docente. Incluso, se actúa en complicidad con la ART (en beneficio de su negocio) para no reconocer la totalidad de los días otorgados por accidente laboral o enfermedad profesional, o rechazando de plano la caracterización de accidente laboral o enfermedad profesional, liquidando así “de facto” (por si el TSJ declara inaplicable la ley 3.447) el régimen de licencias y las suplencias. Por eso está claro que la huelga no está cerrada.
Los datos del gobierno y la realidad
El oficialismo oculta un hecho que lo incrimina: la gran cantidad de cargos suplentes que existen se originan en el incumplimiento de convocar dos veces al año al concurso de titularización (artículo 18º del Estatuto).
Por eso en los niveles Primario, Inicial o en la modalidad Especial, los cargos directivos y de secretaría son en su absoluta mayoría ocupados año tras año por personal de grado de las escuelas, quienes acceden a esos cargos directivos en carácter de suplentes.
Pero a su vez generan que su cargo de base (maestro de aula por ejemplo) deba ser cubierto por una suplencia. Así por este solo motivo, en la mayoría de las escuelas hay, al menos, seis salarios que se pagan como suplentes sin que alguien se haya tomado una licencia.
Hay que considerar que en la docencia más del 90% son mujeres. Y que es una realidad que el cuidado de las hijas e hijos cuando se enferman recae sobre la madre. ¿Cuántos padres se ausentan laboralmente por cuidado de hijas o hijos enfermos?. ¿O por turnos médicos?. Por lo tanto son las docentes las que deben solicitar la licencia para tal fin.
Además en Neuquén, en vez de cumplirse aquella vieja norma de hace medio siglo (artículo 179º de la LCT) que dice “En los establecimientos donde preste servicios el número mínimo de trabajadoras que determine la reglamentación, el empleador deberá habilitar salas maternales y guarderías para niños hasta la edad y en las condiciones que oportunamente se establezcan”, han sido desmanteladas las UAF, donde las trabajadoras podían dejar sus hijas e hijos durante su jornada laboral.
Tampoco se cumple el argumento que con los recursos provenientes de la eliminación de los excesos de licencias de suplentes de suplentes, se obtienen los fondos para construir escuelas, como dice el gobernador. Para el presente año solo esta prevista la construcción de 48 edificios nuevos, la mayoría de los cuales no se han iniciado aún por la paralización de la obra pública.
El aporte económico de la tarea docente a la generación de riqueza
Fuera de la consideración estigmatizante de “vagos” que acicatea el gobierno para romper los vínculos profundos de la docencia con la comunidad, existe también en la consideración oficial otro aspecto, y es que la educación estatal es un gasto inútil, ineficiente, una carga que debe afrontar el resto de la población de sus bolsillos. Y que sería mejor privatizar y subsidiar.
El PBG de la provincia ronda el 3% del PBI nacional. Este último se calcula para el año en curso en los U$S 640.000 millones. El 3% de eso serían U$S 19.200 millones. Por lo tanto para el mes en que calculamos el monto salarial de una maestra de grado con 10 años de antigüedad (abril 2024), serían unos U$S 1.600 millones. La incidencia según datos oficiales de la educación en el PBG de Neuquén es del 4,6%. O sea U$S 73.600.000. La educación incide en la creación de riqueza de la provincia en este monto mensual aproximadamente. Si ahora lo comparamos con la masa salarial de la docencia que para abril rondaba los $ 40.000 millones (U$S 48.000.000), vemos que la docencia crea riqueza muy superior a su masa salarial.
Aunque se trata de datos extraídos por aproximación, producto de la escasa información que se brinda sobre estos aspectos en forma oficial (en todo caso si algún funcionario informado lee este artículo, puede mostrar los datos precisos y fundamentarlos), es un dato cierto que la tarea de la docencia aporta con su trabajo al conjunto de la sociedad un 53% mas que lo que percibe como salario.
Por lo tanto no es la población la que sostiene el salario de la docencia, sino que, por el contrario, dicho salario surge del aporte a la creación de riqueza, y además aporta un plus más que considerable al conjunto de la sociedad.
Pero el Estado provincial en este aspecto no puede dejar de actuar como cualquier patronal: busca imponer un mayor grado de expoliación del trabajo docente, por eso ataca el “costo laboral” del sector con la ley 3447 y el conjunto de medidas que se han mencionado.
Este aspecto coloca a las y los trabajadores de la educación como parte de la lucha contra las reformas antilaborales que persiguen una mayor extracción de plusvalía o expoliación del trabajo. En ese sentido nos une a las luchas obreras y piqueteras en curso para derrotar las motosierras nacional y provincial.
El aporte “invisible” de la tarea docente a la generación de riqueza
La tarea docente no solo debe medirse por el aspecto económico. También hay un aporte que es trabajo no remunerado por un lado, y por el otro es un aporte que no es tan simple de medir en términos concretos, pero que existe.
Fuera del mito de las cuatro horas de trabajo diarias, dada la cantidad de tiempo fuera del horario de la jornada laboral que la docencia destina a la tarea docente, existen dentro de la jornada laboral una serie de tareas sin las cuales las escuelas perderían gran parte de su esencia. Me refiero, solo para mencionar un ejemplo, a los actos escolares.
Sin ornamentación, sin la planificación y la recaudación de los recursos (puestos muchas veces por los docentes directamente de sus bolsillos) para pagar sillas, medallas, diplomas y varios etcéteras, los actos escolares que tanto disfruta la comunidad, serían apenas un hecho formal, sin gran valor educativo.
Lo mismo ocurre ante estudiantes con carencias de ropa, calzado, ¡¡guardapolvo!!, o las carencias alimentarias con las cuales llegan a las escuelas a través de la realidad que el 70% de las niñeces viven en la pobreza extrema o la indigencia. El cuidado de la salud física y psíquica del estudiantado, no figura en ningún ítem salarial docente, pero eso es tarea docente que también aporta a formar algo que le interesa al capitalista: una mano de obra calificada. Nada de esta tarea tiene retribución salarial, y sin embargo pregunten a la docencia porqué las hacen de todas maneras, y tendrán una respuesta unívoca: “por nuestros estudiantes”.
La quita de los derechos al descanso (un salario que cubra la canasta familiar con un solo turno), al uso de licencias (por ejemplo psicológicas), a gozar de un tiempo dentro de la jornada laboral para la capacitación….o para algo tan elemental como ir al baño, ejerce una presión de demolición sobre la docencia, que se traslada a su familia. Este es el aspecto mas siniestro, menos visible, de las reformas antilaborales de los regímenes de trabajo en las escuelas.
Conclusión
Es un error considerar la destrucción de la educación estatal por el estado de la infraestructura. Eso es solo uno de los síntomas. La destrucción de contenidos, su rebaja sistemática, y la destrucción de las condiciones laborales y sus derechos, así como de la docencia como persona, son hechos tan producto de la barbarie capitalista como los genocidios.
Por eso las luchas docentes son cada día más encarnizadas, y forma nuevas camadas de activistas, que tienen claro que hay que pasar por arriba a las burocracias de los sindicatos para preparar las mejores condiciones para enfrentar a las patronales y su Estado.
Nosotras y nosotros, es lo que tratamos de hacer todos los días.