Sobre la propuesta de cursada híbrida del rectorado del JVG

El rectorado del ISP Joaquín V Gonzalez presentó una propuesta para implementar la cursada híbrida en nuestras carreras. A continuación presentamos algunos puntos para el debate sobre la misma:

  1. La propuesta se enmarca en la Resolución 476/24 que sancionó el Consejo Federal de Educación a instancias del gobierno de Milei. Es decir que se trata de una forma de adaptar nuestras carreras a la política de ajuste y vaciamiento del gobierno nacional.
  2. Los argumentos que se esgrimen a favor de virtualizar una parte de la cursada no son pedagógicos, sino fundamentalmente económicos: el costo y el tiempo invertido en viajar,  la dificultad de compatibilizar la cursada y el trabajo, etc. De hecho, el balance unánime de la virtualización forzosa de 2020/2021 es que fue pedagógicamente muy negativo.
  3. En el Joaquín formamos docentes para la escuela secundaria. Un trabajo sobre el que no hay dudas que requiere una  presencialidad plena. (Tan es así que la propuesta de virtualidad que figuraba en los primeros borradores de Secundaria Aprende fue rápidamente desechada.) Y sabemos bien que en la formación de un docente su propia experiencia como alumno es determinante. ¿Por qué entonces formaríamos en la virtualidad docentes que se tienen que desempeñar en un aula física? Que en la propuesta actual la virtualidad sea solo un 30% hay que tomarlo con pinzas, porque la Resolución del CFE en la cual se apoya habilita hasta un 50% de virtualidad (y otro 25% de créditos externos) .
  4. Dado que solo se contemplan instancias asincrónicas (trabajo autónomo), en los hechos, la propuesta habilita una reducción de la carga horaria total de las materias. Ya sea pasando 1 o 2 horas por semana a la modalidad asincrónica, ya sea pasando una semana al mes a la misma modalidad. Sobre esto, nos importa señalar dos cuestiones.
    • Es cierto que la reducción de horas de cursada puede significar un alivio para los estudiantes, considerando que las últimas reformas alargaron mucho los planes de estudio. Pero la aplicación general de un recorte del 30% no tiene nada que ver con un debate serio, con la participación de estudiantes y docentes, sobre la duración necesaria de cada materia.
    • La supuesta ventaja que tendría esta forma de reducción de la cursada para los docentes (en los papeles tendríamos la misma cantidad de horas) es relativa. Es difícil de creer que el gobierno va a aceptar alegremente que no se cambien nuestras condiciones de trabajo, más aún cuando impusieron una titularidad a término. Además, viendo las escuelas primarias y secundarias, la tendencia es a obligarnos a cumplir horario incluso cuando no hay nada que hacer. Más temprano que tarde la reducción del tiempo presencial va a repercutir en nuestros ya magros salarios.
  5. Un cambio como este en las condiciones de cursada, a la mitad del ciclo lectivo, significa una violación del contrato pedagógico. Los estudiantes se anotaron en carreras 100% presenciales y los docentes concursaron para materias presenciales. Una modificación de estas condiciones, además de ser debatida con los implicados, debería resolverse antes de que arranque la cursada.

Más allá de estas consideraciones, una transformación de las condiciones de trabajo y estudio como la que plantea el rectorado debe ser el resultado de un debate democrático que involucre a toda la comunidad del Joaquín. De otra forma, se está forzando una división al interior de nuestro profesorado cuando más que nunca necesitamos la unidad para luchar contra la barbarie educativa que representa el tándem Macri-Milei.

Tribuna Docente – UJS terciarios

Si sos docente del JVG, sumá tu firma al pronunciamiento por un debate democrático en donde pueda participar toda la comunidad del Joaquín.

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