El gobernador Saenz, el Milei salteño, firmó un proyecto para modificar la estructura y funcionamiento del IPS, (la obra social  de los empleados de la provincia, entre ellos los docentes). 

El proyecto señala que los afiliados al momento de jubilarse serán excluidos del sistema y pasan a depender del PAMI. También que la cobertura sobre los medicamentos sería solo sobre los genéricos, es decir, una reducción de los aportes de la provincia. A 24 hs de ser difundido el proyecto por los medios,  ante el repudio popular,  incluso antes de ser presentados en las cámaras,  Saenz se vió obligado a realizar una conferencia de prensa para desmentir y dar marcha atrás. No obstante, envió el proyecto a la Legislatura, para que sean los diputados y senadores quienes introduzcan las modificaciones necesarias “sin perjudicar a los afiliados”.

El ataque a la obra social es otro eslabón del ataque a las condiciones de vida de los laburantes

El IPS viene arrastrando una grave crisis en relación a la prestación de múltiples servicios, se había generalizado el cobro de un plus por parte de los profesionales sumado al pago de la orden de consulta,  aplicaba un plus sobre las prácticas médicas, corte de servicio de distintas especialidades y la cobertura de los remedios en las farmacias,  hasta que se cortó todo servicio por falta de pago a los prestadores.  La parálisis total del IPS impuso la Intervención por parte del gobernador.

Esta auto intervención donde el propio gobierno se interviene, es un salvataje a la funcionaria saencista responsable de la malversación o desvio  de los fondos del Instituto, ya que somos alrededor de 280000 afiliados que aportamos de modo compulsivo sin facultad de renunciar al mismo.

La  principal tarea que se adjudicó el interventor es el reordenamiento de la situación financiera y luego, un reordenamiento institucional. El informe del interventor habla de una deuda de 25 mil millones, de un desequilibrio entre lo que ingresa a la obra social y lo que egresa en materia de atención médica, pero “sobre todo de un desfase de precios de medicamentos e insumos por efecto inflacionario (de hasta un 500%) mientras que los ingresos no han acompañado el proceso”, ingreso determinado por el valor de los salarios, bajos aportes de los afiliados, sobrefacturación de clínicas, prestaciones truchas,  falta de actualización de convenios con los hospitales, con otras  provincias, servicios tercerizados, etc.

El proyecto fallido de Saenz, busca la reducción del gasto del estado en la obra social más grande de la provincia, es parte de todo el ajuste que Sáenz ya viene realizando sobre los salarios de los estatales, la quita de guardia de los hospitales, como ejecutor de la motosierra de Milei, por eso no tenemos que bajar la guardia. Nuestra decidida reacción de movilizarnos hacia la Legislatura para exigir que diputados y senadores rechacen el proyecto o voten para enviar a archivo el proyecto, hizo retroceder al gobierno. 

No pasarán a los jubilados al PAMI, pero ya aplicó lo que denunciábamos, que los trabajadores  activos que  no cumplen una gran carga horaria, deben pagar obligatoriamente el diferencial entre el aporte por planilla y el aporte mínimo, por  ejemplo: “el aporte por planilla aumentó en relación a los magros aumentos (para 12hs por ejemplo 13 mil pesos) pero el valor de referencia del aporte mínimo creció exponencialmente ubicándose al día de hoy cerca de los 56 mil pesos. En síntesis a principio de año con el descuento por planilla  cubría aproximadamente un 75% del aporte mínimo y debía pagar el 25% restante. Hoy esa relación se ha invertido. Alguien que está arrancando y tiene pocas horas labura para pagar la obra social prácticamente”.

Por eso para defender el derecho a la salud, para enfrentar este ajuste, es necesario impulsar el planteo  que cese la intervención estatal,  que las auditorias sean independientes del gobierno y sus poderes que puso los aportes  para que la medicina privada haga caja, que  esté integrada por los afiliados pasivos y activos elegidos en asambleas, por una dirección a cargo de los  que aportamos, por un sistema de salud solidario y no un negocio al servicio de los capitalistas.  

Organicemos una gran campaña para evitar que Sáenz haga negocios con nuestra salud.