UNA REFORMA QUE PRECARIZA LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE

En la Ciudad de Buenos Aires, en el marco del denominado “Plan Estratégico Buenos Aires Aprende”, Jorge Macri y la Ministra de Educación, Mercedes Miguel, están implementando una reforma (anti) educativa en todo el sistema educativo porteño.

Se trata de una reforma laboral para la docencia y de la agudización de la precariedad de las condiciones de aprendizaje para lxs estudiantes: es una reforma con presupuesto cero que no contempla mejoras educativas, creación de cargos docentes y nombramientos de profesionales, obras de infraestructura escolar, creación de escuelas, gabinetes psicopedagógicos, entrega de materiales didácticos, entrega de libros, recursos tecnológicos, becas estudiantiles, ni aumento salarial para la docencia.

Por el contrario, sobre la base de la precarización de la enseñanza y el aprendizaje, el gobierno porteño intenta instalar un nuevo paradigma educativo signado por una concepción individualista, meritocrática y de automatización de estímulos-respuestas, devenido de la Neurociencia. Los efectos concretos de esta política son una profundización del ajuste vía cierres de cursos en media, salas en nivel inicial, CENS, pérdida de cargos docentes, etc.

En esta dirección el gobierno colocó cinco ejes: Educación Emocional, Educación Financiera, Nuevas Tecnologías, Inclusión y Espacios Flexibles

En lo que respecta a alfabetización, el gobierno parte de los bajos resultados de las evaluaciones y pretende responsabilizar al enfoque predominante y normativo desde 2004 de orientación psicogenética, de lo que en realidad son las consecuencias de las políticas educativas y sociales de los propios gobiernos. El “nuevo” enfoque que se pretende imponer (conciencia fonológica) es un producto educativo empaquetado que reduce la enseñanza a un entrenamiento y profundiza los rasgos autoritarios de las direcciones ministeriales y de área que reducen el trabajo docente a la aplicación de guías de actividades, evaluaciones estandarizadas y planilla de seguimiento de estudiantes. Es decir, profundiza el rol de lxs docentes como aplicador de recetas elaboradas por “especialistas” y agudiza los mecanismos de control y disciplinamiento.

Otro aspecto de la reforma, en asociación con la Iglesia Católica y en contraposición a la ESI, es la llamada Educación Socioemocional. Del nuevo Diseño Curricular se desprende la prosecución de un “remodelado neuronal” a partir de la “autorregulación emocional y social”.

También se plantea la implementación de la Educación Financiera, pensada para solucionar los problemas del “uso del dinero” (?). Esta asignatura ya fue aplicada en la Educación Media junto a las pasantías de cientos de jóvenes que no significa más que trabajo gratuito, pero, además, esto no ha representado solución alguna a los graves problemas como la ludopatía juvenil, uno de los argumentos que esgrime el gobierno, sin solución de continuidad.

Otro eje que publicitan desde el macrismo porteño es el desarrollo de las nuevas tecnologías. Sin embargo, este gobierno suspendió la entrega de dispositivos electrónicos por estudiante e impuso recortes en el Plan Sarmiento. En muchas escuelas no se cuenta con los dispositivos necesarios, ni con docentes facilitadores, ni acompañamiento técnico y la red de conectividad es de dudosa efectividad.

El eje Inclusión y creación de espacios flexibles representa otra de las columnas de la reforma. Mientras en la Educación Especial año a año se aplican recortes y se les niega el acceso a cientos de personas que tienen la necesidad de acceder a la modalidad, las Escuelas Primarias desbordan de problemas graves en este sentido. Las discapacidades, las necesidades especiales y la pobreza y otros serios problemas ya que no se cuenta ni con educadores que se hayan especializado en la materia ni con espacios físicos reales que se puedan adaptar para favorecer el proceso educativo.

Macri y su ministra clerical pretenden que en las escuelas, en medio de una crisis profunda en términos de infraestructura escolar, las conducciones escolares, arbitren los medios, sin un peso, para abrir “espacios” multiedad, o de acuerdo a los recorridos de aprendizaje que lxs estudiantxs del nivel (infancias de entre 6 y 12 años) definan cuáles son los saberes que se quieren adquirir. Esta es la agudización de la mentira del vapuleado concepto “Inclusión Educativa” se pretende amontonar chicxs sin sistema de apoyo que respondan a los requerimientos particulares de cada infancia.

El manejo discursivo de maquillaje de términos y conceptos no confunde ni distrae a nadie: la reforma del Diseño Curricular en el nivel Primario contiene en su seno una orientación social de profundización y cristalización de la infinidad de problemas educativos que se vive dentro de las aulas del nivel, apuntando a que lxs docentxs se arreglen como puedan. La voluntad de lxs educadores es indiscutible ya que hoy las escuelas de sostienen sobre esa base. Pero la Educación no es un apostolado ni se puede mantener en su línea de flotación por los desmedidos esfuerzos de la docencia.

Organizarse para rechazar la reforma

El Ministerio estableció para diciembre la realización de encuentros de Formación Situada por distritos para que lxs maestrxs nos reunamos para interiorizarnos de la reforma y del nuevo Diseño Curricular.

Es imperioso transformar estas instancias en organización docente, impulsar asambleas y preparar pliegos con los reclamos que se desprenden de la realidad que vivimos estudiantes y docentes, para presentar ante el Ministerio y visibilizar las necesidades reales.

El ciclo lectivo 2025 trae la tarea de tomar en nuestras manos la defensa de las condiciones de enseñanza-aprendizaje, del salario docente y de la Educación Pública.

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