El gobierno de Torres da continuidad a la política de ajuste de Arcioni: los salarios docentes son de miseria, cubriendo la mitad de la canasta básica, ataca la caja previsional provincial con desfinanciamiento y ahogo económico, demostrando un alineamiento al gobierno de Milei.
Torres inauguró las clases de período especial (ruralidad) el 27 de enero en la escuela n° 60 de Ranquil Huao – en el departamento de Cushamen- dando declaraciones estratégicas para la opinión popular y revalidar su posición: “Somos la primera provincia en empezar.
En estos dos años vamos a estar cumpliendo el récord de días de clase, con el compromiso de llegar a los 190 días en este año” (canal12) Las declaraciones colocan a Torres simulando un interés en la educación, lo que fue un compromiso de campaña, pero que en lo que va de su gestión se representa en ataques permanentes a los docentes. Uno de los tantos ataques ha sido La “Ley de Profesionalidad”, se implementó hace un año, para aleccionar a la docencia y una forma de atacar el régimen de licencias. El cierre del 2024 dejó pendientes: salarios de noviembre y diciembre sin pagar (que ya entraron en Programática, a la espera de ser pagos cuando el gobierno disponga), la última paritaria salarial hace cuatro meses –cuando ya estaba el compromiso de una paritaria salarial en enero- y malas liquidaciones en el SAC. En enero tuvimos paritaria 0%, a pesar del compromiso del gobierno de convocarla de forma mensual, y en febrero, previo al inicio, nos ofrece un vergonzoso 1% al básico testigo -¡$2.564!- y un aumento del 5% al ítem extorsionador del presentismo –que ya alcanza al 20%-.
La impostura de Torres al pretender cumplir los 190 días de clase se rige a cambio de la extorsiva ley de presentismo encubierto. Con salarios que están por debajo de la línea de pobreza – el básico testigo apenas supera los $250.000, los descuentazos –sin devolución- por adherir a una medida de fuerza ponen a la docencia en jaque. Necesitamos organizar un plan de lucha YA para derrotar el ajuste de Torres, un Plenario Provincial de Delegados, con mandato de base, medidas y acciones de fuerza.
Cabe recordar que Torres, después de seis años consecutivos de paros con Arcioni, logró la foto del primer día de clases en 2024, aún con los ataques del gobierno de Milei al FONID y los múltiples ataques a los programas socioeducativos, los salarios de pobreza y la ley extorsiva. En 2024, a pesar del mandato de paro de las regionales, la JEP de la Lila en ATECH inclinó la balanza hacia Torres: clausuró el paro mandatado por las bases. ¡Un verdadero escándalo de entrega!
El incremento de los días de clase, sin paritarias salariales, pero tampoco habiendo asignado un presupuesto 2025 para Educación (cuando lo único que se ve en las escuelas es la falta de condiciones). Inclusive peor: los últimos incrementos en los aportes de obra social –votados por la legislatura oficialista – llevaron a un aumento de más del 50% de éstos (una rebaja salarial encubierta), sin paritaria salarial al básico testigo (sólo en el ítem antigüedad, un elemento que reduce la brecha salarial pero que en efecto no mueve al básico). Una rebaja salarial de hecho, con la falsa justificación del déficit de la caja –que solo evidencia una consecuencia: los míseros salarios, hacen míseros aportes. La lucha contra estos aumentos fue una de las luchas unificadas de los estatales en toda la provincia, con una fuerte impronta de los trabajadores pasivos, en defensa de la caja y que el gobierno reconozca su deuda histórica.
La docencia no puede seguir cobrando un mínimo de $500.000 de bolsillo (para quien inicia), cuando la canasta básica patagónica supera el millón y medio de pesos. ¡Ningún docente bajo la línea de la pobreza! Necesitamos un plan de lucha, un plenario provincial de delegados y representantes escolares para articular un plan de lucha docente.
Mientras CTERA garantiza el ajuste a nivel nacional, los sindicatos y agrupaciones combativos organizan la lucha nacional.