A fines de enero el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, impuso por decreto un
aumento de 6 puntos en los aportes obreros de todos los estatales. En el caso de los docentes
los llevó del 22% al 28%, ¡Un incremento del 27%!
La razón esgrimida es el “déficit de la caja previsional” por la baja relación de activos y
jubilados/pensionados. Y como según el gobierno se trata de una caja “solidaria” (donde los
activos aportan para el pago de jubilaciones y pensiones) o “de reparto”, no queda otra opción
que aumentar los aportes.
¿Esto es así, o hay una historia que se oculta y una falsificación de la naturaleza de las
jubilaciones?
Un poco de historia previsional
A 100 años de una huelga obrera que obligó a derogar la ley jubilatoria de Marcelo T. de Alvear
(prócer de los terratenientes, los capitalistas,… y de Milei), cabe analizar el concepto de
aquellos primeros posicionamientos del movimiento obrero clasista en el tema previsional.
El movimiento obrero dirigido por el anarquismo, se oponía a la ley de la UCR en que los
salarios tuvieran un aporte obrero a la caja previsional, defendiendo el concepto que siendo la
jubilación un salario diferido, su sostenimiento debía estar totalmente a cargo de la patronal,
como ocurre con el salario en actividad.
Un concepto que las burocracias sindicales de todo pelaje han abandonado hace décadas.
La ley de Alvear tenía otro ingrediente, que hoy es moneda corriente: el uso de los fondos de
las cajas jubilatorias para financiar deudas del estado.
Al momento de la privatización con las AFJP bajo el menemismo, la asociación patronal FIEL
afirmaba que “Si los gobiernos que se sucedieron desde la creación de las cajas de jubilaciones
no hubieran metido mano en los superávit previsionales, las Cajas tendrían en este momento
más de 100.000 millones de dólares”. ¡Hace 30 años atrás!
Pero no solo con la UCR y en la década infame ocurrió esto; en 1952, bajo la presidencia de
Perón, “el creciente déficit de las cuentas públicas se resolvería capitalizando estos fondos con
bonos que emitía el Estado. Los bonos llamados Obligaciones de Previsión Social (OPS)
comenzaron a inundar las cajas” (Daniel Muchnik, Las AFJP en el ojo de la tormenta, citado en
PO 1063 del 13/11/2008).
Por lo que el mismo Perón, ante el creciente vaciamiento de las cajas, “transformó el sistema:
de capitalización, primero, lo convirtió en uno de reparto”
Menem con las AFJP volvió sobre un sistema de “capitalización” en cuentas individuales, que
era en realidad un método de descapitalización, ya que de cada 10 pesos que le descontaban
al laburante, solo 7 iban a su cuenta individual, el resto eran comisiones y otros conceptos que
se quedaba la AFJP y el banco o sindicato que la había creado.
Capitalización o reparto: una falsa dicotomía
Todo sistema jubilatorio en un sistema capitalista, y mucho más en un marco inflacionario o
hiperinflacionario, debe capitalizar los fondos previsionales a riesgo que se reduzcan a su mínima expresión. El tema desata dos cuestiones: a) cómo se capitalizan y con qué
instrumentos, y b) la existencia de garantía estatal, o no, de esos fondos.
Un tercer punto tiene que ver con quién administra los fondos previsionales. Es la clave que
decide cómo se resuelven los dos puntos previos.
Una cuestión central es la de la propiedad. ¿Somos las y los trabajadores propietarios de las
cajas o solo somos propietarios de los fondos previsionales?.
Somos propietarios de los fondos previsionales, no de las cajas. Las cajas deben ser estatales o
con garantía estatal para garantizar las jubilaciones del 82% del último salario que tenía la o el
trabajador en actividad, en el caso de ser entes autárquicos como es el caso del ISSN.
No hay que confundir la propiedad de los fondos previsionales, con la propiedad del ente que
los administra (sea estatal o autárquico), como no se puede confundir la propiedad de un
depósito bancario con la propiedad del banco y su capital.
Y esto no es un detalle. Porque si fuéramos propietarios del banco, en caso de quiebra iríamos
a la quiebra, si somos propietarios de los depósitos, estos tienen garantías legales de
devolución en caso de quiebra del banco.
Y esto es así porque el salario (y todo lo que tenemos a partir de él) es la única propiedad
privada que un explotado logra tener bajo el capitalismo.
Por eso es fundamental que esos fondos previsionales se capitalicen y salir de la encerrona de
la relación activos-jubilados a la cual nos lleva el concepto de caja de reparto.
¿Cómo sería la capitalización?
Con las cajas estatales o autárquicas con garantía estatal, y administradas por los propios
trabajadores con comités electos y revocables, queda pendiente el tema de cómo sería la
capitalización y con qué instrumentos.
El otorgamiento de créditos hipotecarios a tasas ligadas a la evolución salarial de las y los
trabajadores sería un instrumento. Obviamente la garantía estatal cubriría cualquier retraso
entre el cobro de esos créditos y los pagos previsionales.
En el caso del ISSN, como todos sus beneficiarios son empleados estatales, esos créditos se
devolverían directamente por descuento de planilla, con una tasa de incobrabilidad cero.
Esto tendría no solo un gran efecto dinamizador de la economía, sino de una mayor calidad de
vida de las y los estatales, que dejarían la precariedad habitacional y ser esquilmados por los
alquileres y los precios de la especulación inmobiliaria.
Es por eso que la Ley 611 de creación del ISSN se refiere a este punto.
En el artículo 3º) establece que “El patrimonio del Instituto se integrará con los siguientes
bienes y recursos: …. d) Rentas que obtenga de sus inversiones y bienes.”
En el artículo 4° establece que “Corresponde al Instituto: …….c) Otorgar préstamos
hipotecarios a sus afiliados, jubilados y pensionados para la construcción o adquisición de
viviendas;…k) Asegurar la capitalización de sus fondos mediante depósito a plazo fijo en
bancos oficiales; …..”.
Ni hablar del inciso i) que establece como función del ISSN otorgar “préstamos personales
ordinarios o extraordinarios a sus afiliados, de acuerdo a las condiciones que establezca el
Consejo de Administración”.
Por supuesto en la medida que la presidencia del ISSN es designada a dedo por el gobernador
y el Consejo de Administración lo componen mayoritariamente consejeros del gobierno y los
consejeros gremiales no responden a una política clasista, nada de esto se ejecuta.
Fue y es saqueo y vaciamiento, no simplemente déficit
A grandes rasgos el saqueo y vaciamiento del ISSN tuvo tres grandes capítulos:
1) Desde su creación, la caja jubilatoria sufrió un manoteo monumental de sus fondos
previsionales. Es el gobernador de aquella época, Felipe Sapag, quien en su libro El Desafío
relata que un empresario vial y otros, recibieron créditos millonarios del Banco de la Provincia
de Neuquén (BPN),que nunca devolvieron. El Banco Central intervino al BPN ya que estaba en
quiebra (tenía créditos incobrables tres veces superiores a su capital). Como “solución” el
gobernador estatizó el BPN vaciado, que fué capitalizado con fondos previsionales que tenía
depositado por $ 160.000.000 (equivalente a varias decenas de millones de dólares de aquella
época). No se conocen registros de la devolución de ese monto a los fondos previsionales, ni
Sapag lo menciona en su libro.
2) El 1980 el interventor militar en Neuquén, Gral Trimarco, emitió el Decreto-Ley 1430 por el
cual convalidó un período del vaciamiento histórico: allí se estableció que todo peso ingresado
al ISSN como contribución patronal se imputaba como si fuera un pago de la deuda por
aportes obreros (descontados pero no girados al ISSN) por los distintos organismos
provinciales y municipales. Además, condonó la deuda previsional contraída por el Estado con
el ISSN desde el inicio de su funcionamiento hasta 1980 más sus intereses y actualizaciones.
¡¡Un blanqueo del vaciamiento patronal por dos décadas!!
A partir de 1982 el Estado consideró que como había superávit en el ISSN, se podía rebajar el
porcentaje de la contribución patronal, pasando a aportar el 4,3%, y luego en 1983 lo bajó al
2,8%.
Otro interventor militar, el general Martinez Waldner emitió el Decreto-Ley 1117 por el que
perdonó la deuda que el Casino Provincial tenía con el ISSN.
Que el vaciamiento y saqueo constituye una política de estado queda demostrado cuando la
Legislatura provincial el 18/12/1983 votó la ley 1513 estableciendo en su artículo 1º la
“convalidación de las Leyes y/o Decretos Leyes dictados por el Gobierno de la Intervención
Federal en la Provincia entre el 24 de marzo de 1976 y el 11 de diciembre de 1983, las que en
lo sucesivo se denominarán Decretos-Leyes.”
En los años 1989, ´90 y ´91, el Estado como patronal prácticamente dejó de aportar. En 1992
aportó un mísero 4% y a partir del ´93 pasó a aportar el 6% hasta el año 2001.
En cambio el aporte obrero se mantuvo siempre en el 7 ú 8% desde el inicio.
Esa inmensa masa de dinero de contribuciones patronales no ingresadas al ISSN, durante
varias décadas ejemplifican otro capítulo de un vaciamiento inmenso.
3) El tercer capítulo es robo “hormiga”. Este mecanismo implica que el propio estado, sus
empresas (como EPEN, EPAS, etc.) o sociedades del Estado (como Cormine, Corfone, etc.) o
entes descentralizados (Mercado de Concentración del Neuquén, Ente Provincial de Termas,
NeuquénTur, etc.), los municipios, etc, no ingresen mes a mes al ISSN las contribuciones
patronales o incluso los aportes obreros que ya le han descontado a sus empleados.
Luego, si los ingresan en forma tardía, no lo hacen con el pago de mora e intereses, pagando
con dinero devaluado.
El ISSN tiene la obligación de reclamar y cobrar esos intereses y mora, pero generalmente no lo
hace. A esto debe agregarse el trabajo estatal bajo la forma de locación de servicios,
becarias/os, pasantías, etc. que al reemplazar empleos formales y bajo convenio, restan
fondos previsionales.
Sumemos el reciente decreto del nuevo gobernador Rolando Figueroa, por el cual se aumentó
6 puntos los aportes obreros, en el sentido de la pactada “armonización” de la caja provincial
con las condiciones y requisitos de la ANSES. Y otro decreto por el que recursos del fondo
anticíclico que se destinaban al ISSN, ahora se destinan a pagar la usuraria deuda dolarizada de
la provincia.
No, no es déficit, es saqueo y vaciamiento ejecutado por el estado burgués en detrimento de
los fondos previsionales y su trasvasamiento al lucro capitalista.
Norberto E. Calducci