La auto convocatoria en Salta fue el camino que la docencia forjó como alternativa a la
estatización de los sindicatos en los últimos 35 años. La ADP, sindicato de base de Ctera, luego
de una etapa de gloriosas luchas se burocratiza, e impone un cerrojo a la participación
asamblearia como principio fundante de la organización. El vaciamiento de las instituciones
sindicales deviene en una escribanía del gobierno que convalida no sólo las paritarias a la baja,
sino también los ataques al presupuesto para educación, a las conquistas del Estatuto Docente
y la persecución a los docentes opositores.
En el 2005 se desató con toda la fuerza la auto convocatoria masiva a nivel provincial, con el
método del recorrido de escuelas, debates, y la decisión directa de la docencia en una gran
asamblea unitaria que define el pliego de reclamos y acciones para sostener la huelga bajo el
principio: “un docente, un voto”.
Durante los 18 años de paros autoconvocados, se han logrado conquistas importantes: elevar
el básico, ítem que actúa como referencia para liquidar otros ítems de los salarios y las
jubilaciones; se recuperó el aguinaldo, se conquista la copa de leche para la secundaria, se
recuperaron los porcentajes de la remuneración de zonas desfavorables, escala de antigüedad,
titularización anual (aunque con algunos límites), recomposición de las partidas para los
comedores, nombramiento de personal de maestranza, y siempre, en todas las huelgas, se
rompió el techo salarial impuesto por Ctera y los cepos salariales de la intergremial y los
gobiernos provinciales de turno.
Límites de la auto-convocatoria y las presiones del estado-patrón para disciplinar y cooptar
a sus dirigentes
La autoconvocatoria dió sus frutos, pero los gobiernos se las arreglaron una y otra vez para
disciplinar a varias camadas de dirigentes.
La primera fue la ruptura de la asamblea encabezada por Gamboa, que luego da origen a
SITEPSA que se suma como una burocracia más a la mesa de la Intergremial. Otros Cuerpos de
Delegados siguieron ese derrotero, clausurando las asambleas participativas, democráticas y
plurales, e incluso vetando la participación de Tribuna Docente. La última gran huelga del año
2023 que empezó con una gran potencia y marchas multitudinarias, tuvo problemas de
organización desde las bases, prácticamente sin delegados escolares, ni fondo de huelga, ni
comisión de prensa y difusión del conflicto. La asamblea general presencial sólo pudo
organizarse hacia el final del conflicto. El gobierno nuevamente apeló a las maniobras para
desarticular la lucha con la intervención de la Legislatura, funcionarios, y docentes permeables
a las presiones del estado.
La masividad de la huelga no alcanzó para que continúe la medida; un grupo minoritario siguió
adelante con un mecanismo de asambleas virtuales tratando de sostener la huelga, rompiendo
el principio elemental de que las medidas se deciden en asamblea por la mayoría y se acatan,
y que la huelga sólo es eficaz con un cierto nivel de acatamiento.
Abandonaron así todos los principios históricos de la autoconvocatoria, sustituyéndolos por la
acción judicial de un abogado ante un poder del estado colonizado por el poder político de
Sáenz. La judicialización de la lucha terminó en un acampe en la plaza 9 de julio con un
minúsculo grupo sosteniendo un prolongado paro. El gobierno se aprovechó de esta situación
para impulsar sumarios e incluso el despido de estos 127 compañeros. La burocracia de
Mazzone de ADP, hace causa común con Sáenz impulsando los despidos y se vale de esta
situación para plantear que la autoconvocatoria fracasó. La verdad, es que fracasó la
judicialización, ajena por completo a la tradición de 18 años de lucha auto-convocada.
Por una dirección clasista para la docencia autoconvocada y por la expulsión de la
burocracia oficialista de los sindicatos
La lucha de Tribuna Docente como fundadores de la autoconvocatoria, ha sido siempre para
poner en pie una nueva dirección que sea independiente del gobierno de turno, que se base
en la soberanía de las asambleas y en dirigentes con mandato de base. Es con esta orientación
que intervinimos en autoconvocados y también fuimos protagonistas de todas las batallas para
recuperar la ADP, enfrentando el fraude, la proscripción, y el vaciamiento sindical que lleva ya
35 años.
En esta etapa de profundos ataques a la educación, de intento de prohibir nuestro derecho de
huelga y sepultar nuestro estatuto, es vital reconstruir la auto-convocatoria y sacar todas las
conclusiones de esta experiencia con sus virtudes y sus límites (avances y retrocesos).
Reivindicamos: 1)Las Asambleas como el órgano máximo de deliberación y decisión. 2)
Autonomía del estado patronal. 3)Dirigentes con mandato. 4)Rechazo al divisionismo funcional
al gobierno, de los que han introducido en la asamblea la persecución y macartismo a los
docentes integrantes de agrupaciones. 5)Superar la última experiencia de los activistas que
dejaron el destino de sus puestos de trabajo y de la propia lucha, en manos de la justicia de
Sáenz.
Al calor de este debate es posible reconstruir la Asamblea, desde cada escuela y localidad,
pero abordando el balance de los últimos 18 años de luchas heroicas.
Carmen Venencia